La acusación, BANDI

Cincuenta años en esta tierra del Norte
viviendo como un autómata
como un humano sometido al yugo
no animado por el talento
sino por la pura indignación
no con tinta y pluma
sino con los huesos calados de sangre y de lágrimas.
Mis historias 
son áridas como un desierto
rudas como una pradera salvaje
dañadas como un inválido
toscas como utillajes de piedra.
Lector, 
¡te ruego que leas mis palabras!

BANDI "luciérnaga"




La lectura de estos ocho cuentos sacados de forma clandestina de Corea del Norte, sobrecoge, no por la crueldad del relato sino por las metáforas utilizadas, haciendo referencia a la falta de libertad, al control absoluto del estado no solo de la prensa, la educación, o la política,...sino de los sentimientos o la falta de empatía por parte de los dirigentes ante las necesidades cotidianas de afecto, de la familia y los amigos.

Los cuentos se enmarcan en un clima de represión en el que no valen como excusas la enfermedad o la miseria; la falta de consideración, el engaño o la acusación, marcan la vida cotidiana de los protagonistas. Lo más duro para el lector es pensar que los hechos contados en los relatos son de la década de los noventa, años para nosotros referentes de una vida más o menos cómoda (la movida madrileña, la modernidad, la burbuja inmobiliaria,...) el despegue económico de una España en la que ya se había instalado la democracia y una forma de vida que ni por asomo podríamos imaginar en los años finales del siglo XX.La necesidad de estos testimonios es evidente en nuestras democracias instaladas en la comodidad o el amodorramiento, ajenos a tanto dolor sufrido por el ser humano, reflejado a diario en los inmigrantes que llegan a nuestras costas, en la falta de libertad de algunos países, en los atentados justificados por los terroristas por una suerte de "guerra santa",... Los logros obtenidos por los ciudadanos a lo largo de los siglos, no deben hacernos olvidar que la democracia es una línea tan débil y tan fácil de romper, como un hilo de seda.
MJ

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